Más allá de París y Milán; así es la pasarela de Moldavan Brands





Septiembre es oficialmente el mes de la moda. De aquellos años en los que los diseñadores presentaban sus propuestas a puerta cerrada y en pequeño comité queda ya muy poco. El calendario comienza en septiembre con los desfiles de Nueva York y continúa con Londres, Milán y por el último París. Eso si hablamos de las cuatro grandes, pero entre ellas se cuela, por supuesto, la Mercedes Benz Semana de la Moda de Madrid y cada vez más capitales que se incluyen en el circuito internacional de la moda; Copenhague, Tokio, Seúl…

Puede resultar emocionante pero también apabullante; muchas editoras pasan este mes volando de ciudad en ciudad y de un desfile a otro, enlazando presentaciones, atascos y dias de prensa dispuestas a recopilar todas las tendencias que vendrán y es que, aunque pueda resultar estresante, como alguna vez he oído en la redacción: ‘¿acaso no es éste el trabajo más bonito del mundo?’ Sin duda. En mi caso no hay nada más emocionante que descubrir una nueva colección, enamorarte de una nueva firma o sentarte en un café a observar los ‘outfits’ locales. Me apasiona ver cómo otros interpretan la moda bajo un punto de vista completamente diferente, tanto en la pasarela como en la calle.

estilo callejero en moldaviapinterest

Ann Sherbatiuk

Así que cuando me llegó la invitación a conocer la Pasarela de marcas moldavas no lo pensé. Estaba en París viendo algunas colecciones de verano y disfrutando de un estupendo cielo soleado, cuando cogí el avión dirección Chisnáu (sí, reconozco que al principio tuve que buscarlo en el mapa) dispuesta a sumergirme en la moda del este ya estrenar por fin mi ropa. de otoño (unos 7º nos esperaban en la capital).

Aterricé en Chisnau, cielo nublado y ecos soviéticos, en largas avenidas donde se mezclan los edificios funcionales y de arquitectura clásica. Intuyo que me adentro en la zona alternativa, donde algunas casas y zonas abandonadas sirven ahora como ateliers, talleres o naves donde los creativos exponen sus piezas, pinchan música o sirven café de especialidad. ¿Lo primero que observas? La originalidad a la hora de vestir y la capacidad de mezclar de las iniciados locales; se agradece ver un poco de individualidad más allá de las tendencias. Como hace poco me comentó mi compañera Paula Llanos en este juego de palabras (y es una frase que voy a ‘tatuarme’ mentalmente): ‘llega un momento en el que tienes que dejar de llevar las tendencias para llevar lo que llevas dentro». Ellas no tienen problemas en hacerlo:

una persona caminando con un traje elegante en una calle de la ciudadpinterest

Ann Sherbatiuk

estilo callejero moldaviapinterest

Ann Sherbatiuk

individuos con estilo caminando al aire librepinterest

Ann Sherbatiuk

estilo callejero moldaviapinterest

Ann Sherbatiuk

Comenzaron las performances, las presentaciones y los desfiles y en general se respiraba mucha creatividad, un trasfondo de cierta protesta y reivindicación y ganas de experimentar con el patrocinio, las siluetas y el género. La influencia de Denma es alargada y se nota muchísimo en el estilo callejero y sobre la pasarela; ropa urbana, pantalones cargo, gafas pantalla, patrones oversize y caras cubiertas. Intuyo una moda que empieza a salir de su ostracismo, en un paralelismo del propio país que camina a su entrada en la Unión Europea.

Pero, volviendo a lo que nos interesa, rescato aquí algunas de las marcas para tener en el radar. Garavisilli con su estilo arquitectónico y femenino, me recordó un poco a Magda Butrym, con su silueta empoderada y sensual. En esta firma hecho a pedido hacen chaquetas recortado y pantalones bombachos ideales y abrigos que son toda una declaración de intenciones. ¿Mi favorito? el ‘abrigo de autoridad de invierno’

caravasilipinterest

caravasili

OK KINO Es otra firma para no perder de vista. Delicada y minimalista, con una sensibilidad que se prolonga de propia diseñadora, se inspira en la cultura moldava; las típicas paredes de cal blanca, las flores o la migración son temas que articulan sus propuestas. Sus camisas blancas y sus chaquetas negras son piezas del perfecto armario cápsula.

Esta es una imagenpinterest

Egor Tet

Otro desfile cuya puesta en escena no dejó indiferente fue la de Colección Bárbaraque celebró su desfile de moda en unos jardines al aire libre al más puro estilo Jacquemus, entre ramas de trigo y con un enorme escenario acortinado. Sus prendas de abrigo en tonos claros y sus vestidos de tul drapeados formaron la mezcla perfecta.

colección barbara desfile moldaviapinterest

Egor Tetiushev

Exposición de moda con una modelo en un entorno natural.pinterest

Egor Tetiushev

Por último, Liudmila Storojuc al frente de la firma Altezza recreó otro show para recordar, que comenzó con una competencia de esgrima en medio del Estadio Republicano de Chisináu y continuó con sus trajes sastres de hombros marcados, recortes y siluetas empoderadas.

desfile liudmila storojucpinterest

Tori Wen

La moda moldava ha hecho su entrada oficial en escena, y no vamos a perderle la pista.

Foto de Ana Canalejo

Ana Blanco Canalejo es redactora de Redes Sociales y contenidos de moda. Tras licenciarse en Sevilla, se especializó en Moda y Lujo en las universidades de Madrid, París y Londres (Saint Martins School of Arts). Con 9 años de experiencia en el sector de la moda y la comunicación, adora el arte, la moda y ‘todas las cosas bonitas’. Su tiempo transcurre entre trenes de Sevilla a Madrid, fotos de Pinterest y los biberones de su hijo.





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Redactor Nazmilia

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