El magnetismo de esta localidad mexicana se cuenta en sus construcciones de la época colonial, su tradición artística a caballo entre lo contemporáneo y el folclore y sus playas que atraen a los surfistas. Su casco urbano está rodeado de paisajes desérticos que se abren al mar y cactus con alturas y formas singulares.
Además de su vasto patrimonio cultural, San José del Cabo concentra numerosos ejemplares de vida marina y de aves. Estos son algunos de los rincones de interés para quienes visiten esta ciudad por primera vez:


Plaza Mijares: cinco sentidos y a paso tranquilo
Marca el punto de partida en muchos recorridos turísticos a pie. De ambiente relajado, este espacio contiene el ayuntamiento flanqueado por una torre de reloj desde la que ondea la bandera nacional, así como un quiosco utilizado para conciertos y espectáculos en vivo. En los alrededores de esta plaza se agrupan numerosas tiendas de souvenirs, además de cafeterías y restaurantes en los que sentarse a degustar un aperitivo antes de seguir avanzando por las calles empedradas de la ciudad.


Misión de San José del Cabo Añuití: ecos de la época colonial
Con una austera fachada en colores blanco y amarillo que mira hacia la plaza Mijares, este templo es el testimonio tangible del periodo colonial en la historia de México. Su construcción se atribuye al padre misionero Nicolás Tamaral y al visitador José de Echeverría, quienes protagonizaron las misiones jesuíticas llevadas a cabo en el territorio de la Vieja California, actual Baja California Sur. Esta misión en particular estaba dedicada a San José, y fue levantada en el año 1730 en la zona que los pericúes (indígenas nómadas que habitaban en Los Cabos) denominaban Añuití. No obstante, una inundación y los daños provocados por los asedios hicieron mella en el edificio original, por lo que en 1940 se construyó desde cero la nueva parroquia de San José que se conoce hoy en día. Si se presta atención al extremo superior de su acceso principal se puede observar un cuadro de mosaicos que representa el enfrentamiento entre el padre Tamaral y los pericúes, un episodio que le costó la vida al jesuita español.


Ganarse el estatus de “distrito artístico”
El centro de San José del Cabo aglutina una interesante selección de galerías de arte, en especial aquellas enfocadas en el arte huichol, una corriente folclórica que eleva a la máxima potencia el poder de los símbolos y los estampados como una vía de comunicación con el mundo espiritual. Es el caso de la Galería Marquina Huichol Museum, donde las esculturas con forma de animal aparecen revestidas de vibrantes colores a partir de un proceso en el que la artesanía y los rituales sagrados se entrelazan. Otra parada interesante es la Ivan Guaderra Art Gallery situada en la Plaza Sr. Chavez. Aquí, el hierro cobra una segunda vida y se reencarna enejemplares de fauna marina, en moto, en rostro humano… o en pavo real, si así lo imagina su creador.


Street art: museos al aire libre
El paseo por las calles del casco urbano es una invitación abierta a disfrutar sin prisa de cada detalle que atrapa la atención de quienes llegan a San José. Coronas de flores flanquean las puertas de los establecimientos, guirnaldas y banderines llenan de alegría las zonas de paso y los murales de arte callejero plasman su esplendor en paredes y fachadas. La temática es variada, y suele recoger motivos como colibríes con alas desplegadas, mensajes de amor, mujeres nativas disparando su arco, retratos de infancia… La única forma correcta de toparse con estos tesoros callejeros es dejándote llevar sin un rumbo fijo. Así pues, la disciplina del street art remarca, una vez más, el profundo arraigo artístico de San José del Cabo. Buena prueba de ello es el Art Walk que se celebra todos los jueves durante los meses de noviembre a junio. Este evento propone un itinerario por las callejuelas de la zona para admirar las creaciones de los artistas locales e internacionales, charlar con ellos y hacerse con piezas únicas.


Barrios mágicos
El barrio de Ciudad de México dividido (y unido) por Frida y Diego Rivera
Recorrer el camino que hay entre cada una de las casas de esta artística pareja permite sumergirse en San Ángel y Coyoacán, dos de las colonias más carismáticas de Ciudad de México.


Del grano a la barra
Cacao criollo de almendra blanca, chocolate blanco, con leche, con azúcar añadido… La lista es variada y lo suficientemente convincente como para justificar una visita a ChocolaTre, en la plaza Don José. Además de descubrir a fondo el proceso de elaboración artesanal de este alimento, los viajeros tienen la oportunidad de degustar diferentes tipos de chocolate e incluso llevarse a casa especialidades rellenas de guanábana o licor Baileys, por ejemplo. Más allá del ámbito gastronómico, el chocolate adopta presencia en productos cosméticos y como pieza de artesanía en miniatura.


Más allá de lOS ENCANTOS URBANOS: el Estuario de San José
A medio camino entre San José del Cabo y Los Cabos Marina se encuentra este paraje de 140 hectáreas que alberga más de un centenar de especies de aves y llamativa vegetación. Forma parte del recorrido que hacen las aguas del río San José en su desembocadura hasta el borde del Mar de Cortés, y constituye uno de los principales lugares de interés para practicar la observación de aves, hacer una travesía en kayak o dejarse cautivar por la belleza natural del entorno.
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